En Quito hay tres centros de reciclaje de basura electrónica. Uno se halla frente al parque Cumandá, en la antigua Terminal Terrestre. Otro queda en Puembo y el último en el sector de los Parques del Recuerdo. Un centenar de computadoras apiladas en paquetes plásticos ocupa un galpón del Centro de Reciclaje Vertmonde, en el norte de Quito.
A lo largo del patio los cartones, que contienen impresoras, cables, monitores, ‘mouse’, ‘notebooks’ y todo lo referente a equipos de computación, simulan paredes que llegan hasta los dos metros de altura. Es viernes y hasta el lugar llegan camiones que recogen la basura electrónica de empresas públicas y privadas como Xerox, Samsung, Computron. Jhoana Rosales es la encargada de vigilar el proceso de reciclaje. La gerente técnico indica que al mes reciben cerca de 50 toneladas, el 90% corresponde a equipos de computación.
Según el proyecto internacional para la Solución al Problema de los Desechos Electrónicos (STEP, por sus siglas en inglés), en el 2013, el mundo produjo 38,9 millones de toneladas de estos residuos, cada habitante fue responsable, en promedio, de 3,5 kg de chatarra tecnológica por día. En el país, el Banco Central indicó que cada año se generan 12 000 toneladas de estos desechos. El Ministerio de Telecomunicaciones agregó que cada ecuatoriano produce 2,6 kg. Frente a eso, desde el 2012 el Ministerio del Ambiente (MAE) emprendió el Programa Nacional de Desechos Sólidos que busca incentivar el reciclaje de estos aparatos.
Carlos Quinteros, ingeniero ambiental, indica que el 95% de componentes de un computador es reciclable (disco duro, memoria, tarjeta madre y su alambrado de oro y plata). El mismo porcentaje puede ser reutilizado para la fabricación de nuevos aparatos. Quinteros sostiene que, en los últimos tres años, las grandes empresas que expenden estos equipos han adoptado programas de reciclaje. Una de ellas es Computron. En el 2013, esa firma incentivó la entrega su viejo ordenador como parte de pago de uno nuevo. Dolores León, de 35 años, fue una de ellas. Recibió un descuento del 15%, en un equipo nuevo que compró. Todo lo que Computron recolectó llegó a Vertmonde y ahí se desmantelaron las partes para importación. El plástico se vende a Japón y las tarjetas de memoria a Canadá donde se extraen los materiales ferrosos y preciosos como el oro, explica Rosales. En su oficina, en una esquina hay cinco costales llenos de celulares descontinuados. En otro rincón se ve cargadores de todo tipo y un cartón sirve de depósito de más de 100 tabletas. “Al mes nos llegan entre 2000 y 5000 teléfonos”. De julio a diciembre del año pasado, el MAE recolectó 308208 celulares en desuso. Lo hizo a través de los 25 importadores y distribuidores de teléfonos móviles registrados en ese Ministerio. También informó que los importadores tienen la obligación de recuperar el 3% del total de los celulares que ingresan al país con la implementación de planes de gestión. Aplica a telefónicas, distribuidores, puntos de venta, gestores y consumidor final. Por ello, desde el 2009 Telefónica Movistar realiza programas de incentivos para reciclaje. Uno de ellos es cambiar minutos por un celular viejo. El año pasado recolectaron 112 000 teléfonos que fueron a parar a Intercia, una planta de reciclaje de desechos electrónicos que puede procesar 24 000 toneladas al año. Hasta ese centro también llegan los celulares acumulados por Claro. Las dos operadoras cuentan con lugares para que los usuarios dejen sus dispositivos, reciban un incentivo y contribuyan a disminuir la basura electrónica.
Saludos... Ing. Milton Orellana Montaño..!!
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